Cumplir 50 años se siente como un rito de paso, un hermoso hito que vale la pena celebrar.
¿Y qué hay que celebrar? Mis 40 fueron una década de transformación, aceptación y sabiduría. Aprendí el arte de escuchar de verdad, dejé de complacer a los demás (en gran parte), y abracé el poder de decir “no” y de pedir ayuda. Reescribí mi narrativa, cambié mi vestido de princesa por una corona de Reina, y asumí mi poder plenamente.
Pero la sabiduría de mis 40 años fue ganada con esfuerzo. Mirando hacia atrás, aquí hay seis lecciones que ojalá hubiera sabido antes, cada una un consejo para cualquier mujer que se acerque o esté en sus 40, la menopausia, y más allá.
1. La Perimenopausia Te Toma Por Sorpresa
A los 40, pensé que estaba “preparándome para la menopausia” al leer libros y seguir consejos de salud. Asumí que la menopausia sería una realidad lejana: una mañana sin menstruación. Pero la perimenopausia es un viaje largo, con cambios hormonales que suelen comenzar a mediados de los 30, incluso sin síntomas.
A principios de mis 40, enfrenté turbulencias emocionales, fatiga y problemas para dormir; síntomas que ahora sé que eran señales tempranas de la perimenopausia. Si lo hubiera sabido, habría abordado esos “síntomas misteriosos” con menos preocupación y más comprensión.
2. Los Niveles Altos de Estrógeno Pueden Hacerte Sentir Que Pierdes La Cabeza
Contrario a lo que pensaba, el estrógeno no disminuye gradualmente en la perimenopausia. A menudo, la primera hormona en disminuir es la progesterona, lo que causa un desequilibrio con el estrógeno, conocido como *dominancia de estrógeno*.
Durante años soporté “síntomas misteriosos” que mi doctora no reconoció como perimenopáusicos hasta que insistí en hacerme pruebas hormonales. La dominancia de estrógeno no siempre es fácil de diagnosticar, ya que los niveles hormonales fluctúan. Sin embargo, una vez entendí los síntomas, pude hacer cambios en mi estilo de vida para manejar los picos de estrógeno. Reducir el estrógeno alto puede ayudar a mitigar riesgos de salud como cánceres hormonodependientes, presión arterial alta y resistencia a la insulina.
Si notas síntomas como aumento de peso en las caderas, cambios de humor, fatiga o niebla mental, considera trabajar con un médico especializado en desequilibrios hormonales.
Síntomas de Niveles Altos de Estrógeno
- Aumento de peso (especialmente en caderas, abdomen, muslos)
- Fatiga
- Niebla mental
- Dolores de cabeza
- Insomnio
- Cambios de humor
- Retención de liquidos
- Periodos irregulares
- Fibromas
- Manos y pies fríos
3. Dejar el Alcohol Marca una Gran Diferencia
No era una gran bebedora, pero a finales de los 40, incluso dos copas de vino me tomaban días para recuperarme. Nuestra tolerancia disminuye con la edad debido a niveles más bajos de deshidrogenasa (la enzima que ayuda a metabolizar el alcohol), lo que hace que el alcohol sea más difícil para el hígado.
El hígado juega un papel vital en la metabolización de la grasa y en la eliminación del exceso de estrógeno, lo que hace que la salud del hígado sea especialmente importante durante la perimenopausia. El alcohol sobrecarga el hígado, ralentizando el metabolismo y causando que el cuerpo almacene grasa y estrógeno en lugar de metabolizarlos. Mantenerse hidratado se vuelve más difícil a medida que envejecemos, y el alcohol solo nos deshidrata más, afectando nuestra piel y niveles de energía. Eliminar el alcohol (y, eventualmente, la cafeína) transformó mi energía y mi salud.
4. Cada Episodio de Lucha, Huida o Congelación Afecta tu Salud
Todos sabemos que el estrés es perjudicial, pero es especialmente impactante a medida que envejecemos. Entrar en un estado de “lucha, huida o congelación” afecta nuestra salud, agotando la “cuenta de salud” que trabajamos para construir a través de la nutrición, el ejercicio y el autocuidado.
Nuestro sistema nervioso simpático es como una “cuenta de retiro” para nuestra salud, agotando nuestras reservas cada vez que se activa. Durante la perimenopausia, nuestras mentes y cuerpos se están reconfigurando, por lo que es el momento ideal para cultivar prácticas de calma y romper viejos hábitos de respuesta al estrés.
5. Tu Cuerpo No Es Tu Enemigo
En mis 40, a menudo sentía que mi cuerpo se volvía en mi contra. Lo que solía funcionar de repente dejó de hacerlo, y me sentía desamparada por los profesionales de la salud. La perimenopausia se sintió como un llamado de atención, trayendo a la vista todos los problemas no resueltos: salud, relaciones, finanzas.
En lugar de enmascarar la incomodidad, decidí enfrentarla de frente. Comencé a entender que la perimenopausia es una llamada a priorizar la salud y el bienestar, a honrar nuestros cuerpos y a abrazar el cambio. Los síntomas pueden ser comunes, pero no son “normales” ni inevitables. Elegir escuchar a mi cuerpo, hacer elecciones más saludables y “amarme para hacer cambios permanentes” me puso en un camino para sentirme mejor de lo que me había sentido en una década.
6. Cómo Piensas Sobre el Envejecimiento Moldea Tu Experiencia
Este punto podría llenar un libro, pero lo mantendré simple: la mentalidad lo es todo. La menopausia y el envejecimiento pueden provocar miedos, vergüenza o incluso rabia. Todas estas emociones son válidas. Lo crucial es lo que hacemos con ellas. Las historias que nos contamos definen nuestra realidad, así que elígelas sabiamente.
Tienes la opción de cómo experimentar este próximo capítulo. Abrazar el momento presente, invertir en nuestra salud y crear una visión positiva del envejecimiento nos permite vivir vibrantes, con gracia y fortaleza.
Envejecer no es solo “hacerse mayor”, es *crecer*. Navegar la menopausia, aceptar el cambio y cuidar de nosotras mismas son actos de amor propio. Este es tu momento para florecer, para abrazar tu sabiduría y para afrontar el camino que tienes por delante con orgullo y confianza.
Dominique Cocuzza.
Mujeres Maduras. Salud Corporal. Menopausia. Bienestar Mental. Empoderamiento de la Mujer.
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