Déjame compartir contigo una antigua leyenda hindú.
Hubo un tiempo en el que todos los hombres y mujeres que vivían sobre la tierra eran dioses, pero abusaron tanto de su divinidad que Brahma, el dios supremo, decidió privarlos del aliento divino que había en su interior y esconderlo en donde jamás pudieran encontrarlo.
El gran problema fue encontrar el lugar apropiado, estudio muchas opciones, pero ninguna lo convenció, hasta que se le ocurrió esconderla donde jamás los seres humanos buscarían, dentro de ellos mismos. Y así lo hizo, oculto en el interior de cada hombre y mujer hay algo divino.
Pienso que Brahma fue más condescendiente con nosotras, y nos dejó esa chispa divina que es la intuición que no es más que nuestro auténtico ser superior, que si le ponemos atención nos reconecta esa expresión sagrada y creadora que es la energía femenina aquí en la tierra.
Hoy quiero compartir contigo estos rituales que me hacen sentir como la diosa que soy. Son muy fáciles de seguir, y estoy segura te van a reconectar con tu diosa interior, esa que se ama y acepta sin condiciones y disfruta al máximo cada minuto que nos regala la vida.
1. Crea un ritual de amor incondicional
Apaga el televisor y aléjate de las redes sociales durante 15 minutos para poder estar centrada y enfocada mientras te consientes a ti misma. Mi manera favorita de hacerlo es hidratar mi piel con intención. Mientras masajeo mis pies, les agradezco porque me llevan a todas partes; A mis manos les envío amor por lo que me permiten hacer, por el dinero que he recibido y que he dado; a mis brazos y torso por los abrazos que me reconfortan. De esta forma, dejo de tomar a mi cuerpo y a mi vida por sentado y me doy cuenta lo bendecida que soy.
2. Practica una afirmación diaria
Otro de mis rituales es practicar afirmaciones positivas de amor incondicional. Generalmente trato de mantener una conversación positiva conmigo misma y con las vocecitas que todos tenemos dentro, pero cuando el volumen interno del juicio y la autocrítica suben, entonces les respondo con alguno de mis mantras favorito, “Soy próspera y abundante, tengo a mi disposición todo lo que necesito”, “Soy salud y energía”, “Soy joven y atemporal”, y de esa forma callo al “saboteador”.
También me gusta mirarme al espejo y enviar ondas de amor a esa persona hermosa que veo delante de mí, que soy yo; unas veces me veo directamente a los ojos y me digo lo orgullosa estoy de mí, otras me miro de cuerpo entero, me envió mensajes positivos y me imagino teniendo las más extraordinarias experiencias. Practica tener un gesto de amor diario para ti.
3. Tu cuerpo es tu templo
Sé impecable e intencional sobre todo lo que pones en tu cuerpo, no solo porque quieres lucir bien, sino porque quieres sentirte bien. Llénate de nutrientes, y deja las calorías vacías.
Aléjate de los alimentos procesados, los dulces y las harinas blancas que te quitan energía, foco y afectan tu estado de ánimo. Recuerda “somos lo que comemos”, los alimentos se transforman en el sistema digestivo para pasar a la sangre y formar tus células, tus órganos y tus pensamientos. Lo que comemos afecta tu cuerpo, tu mente y tu espíritu.
4. Aprende a decir «no»
Deja de estar disponible todo el tiempo para los demás y ser imprescindible para ellos. Está bien que los quieras y desees ayudarlos, pero como las diosas, toma un tiempo para hacer aquello que te gusta y apasiona. Diviértete, duerme bien, y no te sobrecargues. Haz ejercicios y revitalízate para poder dar lo mejor de ti. Si estás cansada, amargada y resentida no puedes dar lo mejor de ti. Solo cuando cuidas de ti misma puedes auténticamente y sin reservas servir al mundo
5. Cultiva tu espiritualidad
No importa en qué crees, pero nutre y cultiva tu espíritu. Medita, practica la respiración profunda, ve a misa, haz yoga, lee un libro de autoayuda o la biblia. Respira y conéctate contigo misma. Sobre todo, porque después de los cincuenta, lo que nos motiva e inspira es lo que alimenta nuestra alma. Al explorar tu espiritualidad, inicias un viaje sin límites para conocerte, aprender de ti misma, confiar en tu intuición y conectarte con la diosa que hay en ti.
6. Ten una actitud positiva
Olvídate de las viejas creencias asociadas a la edad que te limitan y sabotean una vida plena. Pensamientos como “Lo mejor de mi vida paso” o “Estoy muy vieja para eso”. No hay que dejar que nuestra mente se llene de dudas e incertidumbres con respecto a esos años que tienes por delante. Muy por el contrario, debemos abrazar los cambios que vendrán. Las diosas son atemporales, sin tiempo y sin edad
7. Conéctate con tu pasión
Reconoce las cosas y actividades que te llenan de alegría el corazón y que hacen las horas pasen volando. Puede ser que algunas tengas mucho tiempo sin hacerlas, aprovecha que ahora tienes el tiempo, hazlas más a menudo y divierte más. Ten nuevos sueños y proyectos. Los planes nos llenan de ilusión y esperanza. Encuentre tu Ikigai “eso” que te hace levantar cada mañana con un propósito; sea desde reorganizar la casa, viajar a ese destinado soñado o aprender un nuevo idioma. La clave para vivir feliz, con energía y plenitud es tener planes para el futuro. Envejecemos mal cuando nuestros recuerdos superan a nuestros proyectos.
Y por último,
8. Agradece
Cada vez que agradecemos, nos damos cuenta de lo mucho que tenemos. Practica cada mañana agradecer por tres bendiciones que tuviste el día anterior y que te hizo tu vida más fácil. Te asombrarás de la cantidad de bendiciones que has recibido durante el día. La práctica del agradecimiento nos lleva tomadas de la mano con la abundancia. Cuando estás agradecida por las cosas que tienes, no importa cuán pequeñas sean, verás como las bendiciones aumentan al instante.
El amor propio es un camino, un viaje. Requiere coraje, compasión, y práctica; se trata de reconocer tu auténtica esencia, la diosa que hay en ti sin tiempo y sin edad, capaz de disfrutar cada uno de los placeres que la vida nos brinda.
Y sabes… cuando decides amarte, y practicas estos rituales, automáticamente vas a reconectarte con tu esencia, y encontrarás la diosa que hay en ti. Te vas a sentir y a ver mejor, tanto que comprenderás que eres la única creadora de tu vida después de los 50.
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Yleana Ketchum.
Meditación. Bienestar Mental. Espiritual. Empoderamiento de la Mujer.
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