«Hablar de la menopausia es mucho más que hablar del paso del tiempo, de los sofocos, de los problemas para dormir y de los cambios de humor; es hablar de madurez, de plenitud, de calma y serenidad no sólo del cuerpo, sino también del alma».
Se trata de mirar hacia atrás para ver el camino recorrido y sentir un nuevo impulso para seguir adelante.
Hablar de la menopausia es hablar de ritmos, de ciclos, de la disolución de una etapa y el comienzo de otra, es hablar de experiencia y sabiduría interior.
Hablar de la menopausia es hablar de mujeres que han vivido, que han caminado, corrido, disfrutado, bailado, reído y posiblemente también llorado.
Mujeres que conservan las huellas del paso del tiempo, en su cuerpo, en sus manos, en su cara y también en su corazón.
Hablar de la menopausia es hablar de los sofocos, que para mí son como un recuerdo que nos manda el cuerpo de que estamos vivas, que hay un fuego que ahora nace desde el interior, para seguir creando, para iniciar proyectos o para continuar los ya iniciados, PARA VIVIR.
A veces nuestros sistemas de creencias nos limitan y nos hacen temer, pero cuando los aceptamos como ese maravilloso momento en que estamos completas, nos abraza y nos da la fuerza para continuar.
Conozco mujeres maravillosas, que en medio de la menopausia y después de ella, han decidido transformar sus vidas, han decidido curar las huellas del dolor, han decidido liberarse de los resentimientos, de la culpa, del abuso, de la carencia y han elegido vivir esta etapa en el amor y el perdón, en la renovación y la paz.
Por eso quiero invitar a cada mujer que hoy vive este proceso, a transformar su mirada y a vivir estos cambios observando en su interior, reconociendo el poder que hay en ella misma, tomando la energía de todo lo que ha vivido como combustible para continuar su vida con alegría, con entusiasmo y sobre todo con poder.
Este es un escenario perfecto donde dedicarnos tiempo a nosotras mismas. Posiblemente nos hemos pasado muchos años dedicándonos a los demás y ahora es un buen momento para mirar nuestro corazón, percibir cómo se siente y abrazarlo, abrazarnos y permitirnos curar y transformar esas creencias, esos patrones que ya han perdido su validez y renovarlos mediante decisiones conscientes.
Para mí, vivir la menopausia y todo lo que trae como una nueva oportunidad en la vida para fomentar la creatividad, me ha ayudado a aprovechar todo ese fuego y energía para transformarme, para aprender y acompañar a otras en este proceso, para emprender nuevos proyectos, darles vida y llevarlos a cabo.
Estamos en la edad de oro. Es un regalo de la vida llegar aquí y hay que vivirla al máximo, y aunque sentimos algunos cambios físicos, (sí, sé que a veces son molestos), dependiendo de cómo los asumamos, de la actitud tanto física como emocional, ya que todas pasaremos por ella.
Nunca es demasiado tarde para empezar, nunca es demasiado tarde para continuar, nunca es demasiado tarde para saber cuándo parar, nunca es demasiado tarde para vivir.
Mª Fernanda Núñez
Estilo de vida. Menopausia. Bienestar mental. Empoderamiento de la mujer.