Como escribí en un artículo anterior, las dietas fijas afectan a la menopausia. Hay que tener en cuenta los riesgos para la salud, como el colesterol alto, la presión arterial alta y la resistencia a la insulina, y los posibles cambios de estilo de vida durante la transición.
Los niveles de azúcar en la sangre son otro factor clave para la salud durante y después de la menopausia.
A medida que las mujeres envejecemos, los cambios hormonales antes y durante la menopausia pueden provocar sofocos, malos humores y falta de sueño. Estos descensos o picos de las hormonas no sólo repercuten en el estado de ánimo y en el día a día, sino que también pueden afectar al nivel de azúcar en sangre. El estrógeno y la progesterona afectan a la forma en que tus células responden a la insulina. Si notas que tus niveles de azúcar en sangre cambian con más frecuencia, puedes estar en riesgo de padecer diabetes.
Diabetes
Las mujeres podemos desarrollar diabetes por diferentes motivos: por comer demasiado, por saltarse un tentempié o incluso el estrés pueden afectar al nivel de azúcar en sangre, haciéndolo muy difícil de controlar.
El nivel de azúcar o glucosa en sangre es la concentración de glucosa que se encuentra en la sangre. La glucosa es un hidrato de carbono simple. Procede del pan, los cereales, las frutas, los productos lácteos y algunas verduras. Es un combustible importante para el cuerpo.
Los estrógenos y la progesterona son esenciales para el control del ciclo menstrual y la reproducción. Con la menopausia, los ovarios dejan de producir estas hormonas. Entonces el estrógeno procede de la producción suprarrenal y de las células grasas. Pero el descenso de estrógenos disminuye la tasa metabólica en la que las mujeres utilizan los almidones y los carbohidratos. Y esto puede contribuir al aumento de peso que las mujeres experimentamos en la menopausia.
Las mujeres premenopáusicas solemos ganar peso alrededor de los muslos y las nalgas, pero durante la menopausia, las mujeres tendemos a ganar peso alrededor de la zona abdominal. Esto se conoce como grasa visceral, que puede conducir a la diabetes de tipo 2.
La diabetes de tipo 2 es el tipo más común y está causada por la coexistencia a lo largo del tiempo de dos condiciones: la resistencia a la insulina y la inflamación crónica. Esto ocurre de forma progresiva cuando el cuerpo necesita producir cantidades de insulina superiores a las normales para eliminar la glucosa de la sangre después de una comida o un tentempié. La resistencia a la insulina se produce con el tiempo. Comienza en un nivel bajo y acaba apareciendo como prediabetes. Si no se aborda con una dieta y un estilo de vida activa, puede evolucionar hacia la diabetes.
La falta de sueño también puede causar problemas con los niveles de azúcar en la sangre. La falta de sueño hace que el cuerpo produzca más cortisol, la hormona del estrés. El cortisol suministra glucosa al cuerpo a través de las proteínas del hígado. El aumento de los niveles de cortisol durante un periodo de tiempo puede provocar un aumento de peso.
Las investigaciones nos dicen que el riesgo de todos estos problemas puede reducirse o incluso evitarse cuando se introducen cambios saludables en el estilo de vida desde el principio.
Pérdida de peso
Una dieta baja en carbohidratos puede ayudar, ya que no bombea tanta glucosa al cuerpo y ayuda a perder peso y a regular el azúcar en la sangre. Es importante tener en cuenta que la dieta debe ser una prioridad sólo para los objetivos de salud. Nada sustituye a una dieta rica en nutrientes.
Hacer ejercicio
Es importante mantenerse activa. Caminar 30 minutos al día te ayudará a perder peso y a regular el azúcar en sangre. Al hacer ejercicio, los músculos queman el azúcar del cuerpo, lo que ayuda a reducir los niveles de glucosa. Hacer ejercicio con regularidad también ayudará al cuerpo a utilizar la insulina de forma más eficiente.
Hidratación
Beber más agua ayuda a controlar el azúcar en la sangre y ayuda a los riñones a deshacerse del exceso de azúcar en la sangre a través de la orina. El agua rehidrata la sangre. ¿No sabes cuánta agua debes beber? El cuerpo humano necesita 33 ml (mililitros) por cada kilo de peso corporal. Tome su peso corporal y multiplíquelo por 0,033, lo que equivale a la cantidad de agua que debe beber. Ejemplo: 58 x 0,033 = 1,914 litros al día.
Menos estrés
Cuando estamos estresadas, el cuerpo libera hormonas como el cortisol, que aumenta la resistencia a la insulina. Controlar los niveles de estrés es importante para muchos otros problemas de salud, incluido el azúcar en sangre. La meditación, el sueño y la relajación también pueden ayudar a controlarlo.
Canela
Otra forma fácil de reducir el nivel de azúcar en sangre es añadir canela a las comidas, ya que retrasa la descomposición de los carbohidratos y aumenta la sensibilidad a la insulina. No más de media cucharadita al día.
El control de la glucemia es imprescindible para la salud y el bienestar durante toda nuestra vida. Es importante hacerse pruebas periódicas de glucosa en sangre cada año para prevenir la aparición de la diabetes.
Emma Bitz.