Ponernos en los zapatos del otro
Posiblemente hemos escuchado y repetido esta frase con frecuencia, pero ¿cuántas veces nos hemos detenido a pensarla a consciencia, a ver la profundidad que encierra, a ver lo que implica?
Cuando hablamos de ponernos en el lugar del otro, hablamos de compasión y la compasión encierra conceptos muy profundos en si misma.
La definición literal de compasión es “sufrir con…” y pasa por tener consciencia del sufrimiento propio y de otros seres vivos, así como el deseo y esfuerzo por atenuar o aliviar su dolor.
La autocompasión, bondad con una misma
Ahora quiero extenderme hacia la auto compasión, y es aquí donde quiero poner énfasis.
Posiblemente hemos sido compasivas con otros a lo largo de nuestra vida, posiblemente nos hemos puesto en el lugar de otros y hemos sentido y sufrido su dolor, posiblemente los hemos acompañado, cuidado, aminorado su sufrimiento; pero… ¿Hemos sido compasivas con nosotras mismas? Especialmente en este momento, en esta etapa que estamos viviendo.
¿Estamos siendo compasivas con nuestro cuerpo, nuestra imagen y los cambios que estamos experimentando?
¿Estamos siendo bondadosas con nuestro dolor por perder lo que un día fuimos (y no me refiero solo al aspecto físico. Me refiero a las oportunidades, a la salud, a los amigos, parejas, familia…)?
¿Estamos siendo compasivas con la mujer que está viviendo cambios de humor?
¿Con la mujer impaciente?
¿Con la mujer cansada o enferma?
¿Con la mujer que ya no tiene las misma habilidades de antes? Que ya no tiene la misma flexibilidad o resistencia al hacer ejercicio? ¿Que ya no reduce con facilidad la talla o el peso?
Con ella es con quien las invito a ser compasivas, a ser bondadosas.
La autocompasión permite sanar heridas emocionales
Tener la capacidad de abrazarnos a nosotras mismas, de ponernos en nuestros propios zapatos , sin exigencias, sin juicios, sin reclamos, sin expectativas.
Ser autocompasiva con la mujer que tal vez hoy está pasando por momentos difíciles, que se siente insegura, indecisa, frustrada, sola, vulnerable.
Hoy os invito a que abracemos a esa mujer en nosotras, a que la miremos a los ojos con una mirada bondadosa, a que nos tratemos amorosamente y sin juzgar cuando las cosas no salen como lo esperamos.
Cuando podemos ser compasivas con nosotras mismas, nos abrazan la paz y la calma, cuando podemos contemplarnos con paciencia, podremos tener fuerzas para continuar.
Kristin Neff profesora en el desarrollo y la cultura humana en la Universidad de California y Christopher Germer, psicólogo clínico y doctor en filosofía creen que la auto compasión nos puede ayudar a sanar heridas físicas y emocionales que han sido causadas por experiencias traumáticas. Ellos recomiendan la aceptación de las heridas y la auto bondad, como parte del proceso de sanación.
La auto-compasión implica cuidarse
Imagina por un momento que la persona que está viviendo la situación que hoy vives, es tu hermana, o tu mejor amiga… ¿Cómo serías con ellas? ¿Que harías para disminuir su dolor? ¿Cómo las cuidarías?
Tal vez las visitarías y les darías un abrazo, les escribirías una nota alentadora, seguramente les ofrecerías tu ayuda, tu compañía y les dirías: “aquí estoy”.
¡Haz lo mismo contigo!
Regálate un abrazo, una linda nota, grábate un mensaje de voz.
Cuídate como las cuidarías a ellas.
Descansa, respira, medita, obsérvate, suaviza tu corazón, regálate calma y permítete sentir las emociones.
Se amable contigo misma.
Cuando amo a los demás me amo a mi, nos amamos mientras amamos a otros, solo hay que verlo, hacerlo consciente y así podremos ampliar, expandir esta sensación de paz, de quietud, de abrigo, de abrazo.
«La compasión es algo que todo el mundo necesita y merece, e incluye la compasión por nosotros mismos». – – Sharon Saltzberg (autora del libro Amor Incondicional)
Mª Fernanda Núñez
Meditación. La menopausia. Bienestar mental. Empoderamiento de la mujer.