Ana Victoria Villar

Vengo de una familia multicultural donde la comida era una parte importante de nuestras vidas. Tengo un espíritu creativo y aventurero desde pequeña, y pronto me di cuenta de que mi creatividad se despertaba principalmente dentro de la cocina. Al ser una adolescente muy sociable, convertí mi casa en «el centro», donde venían todos mis amigos a probar mis comidas, ¡me sentía como una reina! Rápidamente hice esta conexión: la comida nos da alegría ya que no sólo une a la gente sino que alimenta todo nuestro ser.

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Años más tarde, mi salud se vio amenazada. Decidí no medicarme y la vida me llevó por un camino inesperado de curación. Las almas más generosas aparecieron y contribuyeron a mi bienestar de manera sorprendente. Descubrí el poder curativo en la comida y en los cambios de estilos de vida. Mi cuerpo y mi alma se adaptaron y me enamoré del proceso.

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Viviendo en Perú, decidí cambiar de profesión y me convertí en coach de salud certificada. La gente empezó a pedirme consejo, así que mi nueva pasión se convirtió en una forma de vida. Me encantaba organizar mis talleres y sesiones privadas llenas de diversión. Me sentía aún más inspirada cuando entraba en la cocina para crear y enseñar a mis clientes nuevas formas de nutrirse. Mi mayor satisfacción fue ver a la gente tomando decisiones acertadas por sí solos y estando más sanos, ¡empezando por mi familia! Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba en el camino correcto.

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Hace tres años, nos mudamos a Florida. Entonces, decidí continuar con mis estudios y aprender sobre la salud hormonal. Aprendí que la menopausia puede ser una etapa de la vida que da poder a las mujeres. Así que ahora organizo talleres y programas para ayudar a las mujeres hermosas a atravesar esta puerta de entrada a su nueva vida y a disfrutar del proceso mientras toman decisiones transformadoras. Creo que la salud comienza en la cocina y que crea un efecto dominó a nuestro alrededor. Una correcta mentalidad y un buen estado de ánimo pueden ser una ventaja para nuestro viaje en esta etapa. También soy una firme creyente de que este es el momento de mirar hacia adentro y ponernos en primer lugar, libres de culpa y juicio. Como mujeres, necesitamos tener confianza, no disculparnos y unirnos con otras bellezas eternas y prósperas. Mi esperanza es también dejar un camino mágico de amor propio y conciencia a mis propias hijas.

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Soy una madre audaz, ardiente y apasionada de 3 hijas y casada con el yin de mi yang (¡el flip de mi flop!) desde hace 21 años. La cocina es mi laboratorio, donde puedes encontrarme la mayor parte del tiempo creando comidas nutritivas y coloridas para mi familia. Mi mente se va de viaje cuando pienso en lo siguiente que voy a crear. Creo en el poder del amor, el poder de la oración y el poder de la risa como complemento de la forma en que comemos y nos movemos.

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Vivo según las palabras de Santa Catalina de Siena:

Estoy muy emocionada por formar parte de esta tribu iluminada de bellas diosas».