“No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas”. – Jorge Bucay
Las emociones son grandes mensajeras, tienen un sentido en sí mismas, ninguna de ellas aparece en tu vida porque sí.
Si aprendes a reconocer y expresar tus emociones desarrollarás una visión mucho más amable de la vida, como consecuencia tolerarás mejor el estrés y la perdida de control ante los cambios y a su vez, te resultará mucho más sencillo comprender las emociones de los que te rodean y respetar sus tiempos.
Habitualmente, las emociones que más nos cuestan sostener son la tristeza, el enfado y el miedo.
Si aprendemos a gestionarlas con amor y compasión, éstas se convierten en grandes aliadas. Lo más importante es que no intentes negarlas ni taparlas.
Hoy hablaremos de la tristeza.
Permanece presente en la emoción
Cuando llegue una emoción, respira y siente, permite que ocupe un espacio en tu cuerpo, que se expanda. Observa ¿En qué lugar de tu cuerpo la sientes?
La tristeza
La tristeza aparece cuando estamos atravesando un proceso de duelo, es importante tener en cuenta que, cuando hablamos de duelo no solo nos referimos a la muerte física de una persona, sino a las perdidas en general, por ejemplo, puede suceder que te mudes de casa, una casa en la que seguramente has vivido un sinfín de experiencias esto puede conducirte a un proceso de duelo, que a su vez de manera inconsciente, reactualiza duelos anteriores no resueltos y aunque la nueva casa sea más grande y más bonita, aunque sea lo que siempre soñaste, este nuevo paso en tu vida esté acompañado por una tristeza de fondo que te resulte inentendible. En este ejemplo reconocer que estás viviendo un proceso de duelo, te libera y permite que te abras sin cargas hacia lo nuevo.
Una buena forma de cerrar este ciclo de manera consciente sería despedirte de tu antigua casa agradeciendo todas las vivencias que facilitó y acogió, tómate el tiempo necesario, permítete estar totalmente presente.
Cambios y ciclos vitales
La tristeza aparece en tu vida para que pares y puedas transitar ese momento con la mayor tranquilidad. Cuando aparece la tristeza sentimos que nos falta fuerza, sentimos que desaparece nuestra energía vital y cada actividad cotidiana nos demanda mucho más esfuerzo.
A veces los cambios que se producen en la Menopausia pueden ser difíciles de manejar, nuestro cuerpo cambia, nuestro estado de ánimo, nuestras horas de sueño…
Cada una de nosotras somos diferentes y, por lo tanto, vivimos los cambios de diferente manera, lo importante es que comprendas que éste es un ciclo más, y que estos cambios conducen a un proceso de duelo, simplemente porque algo cambia en ti.
Lo que llegue a tu vida después del proceso de duelo
puede ser un maravilloso regalo.
¿Qué hacer cuando aparece la tristeza?
Permítete estar presente en ella, intenta no evitarla ni taparla.
Haz una lista y observa que cambió en tu vida en el ultimo tiempo, no busques solo experiencias “malas” observa los cambios como hechos neutros.
¿Hay algo que se haya modificado? Puede ser un cambio físico, de vínculos, o incluso de forma de pensar, no dejes ningún cambio o pérdida fuera de tu observación por pequeño que parezca.
Tómate el tiempo necesario para ser consciente de todo lo que trae asociado este cambio, permite las emociones asociadas sin juzgarlas como buenas o malas.
Una vez que hayas observado cada cambio decide si hay alguna situación de tu lista que necesite un cierre en tu vida, algo que por una cuestión u otra permanezca abierto o inconcluso.
Tómate unos instantes, agradece todo su aprendizaje e imagínate dejando atrás esa situación y caminando hacia tu vida.
Mariela Mazza.
Estilo de vida. Menopausia. Bienestar Mental. Empoderamiento de la Mujer.
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