Guardiana de la Sabiduría que habita el Cuerpo
Viña del Mar, CHILE.
Mi nombre es Marlene Guevara Miguel, tu llámame Mar!
Soy una mujer de 58 años nacida en Chile y vivo desde el 2006 en México; los 7 primeros años viví en Monterrey y desde entonces en Ciudad de México, donde aún resido.
Desde jovencita fui una mujer salvaje. Perdí esa cualidad innata por algunos años donde me dejé domesticar y me volví obediente. Cuando mis hormonas se activaron me permitieron ver una realidad que en algunos aspectos no me gustaba y me rebelé ante eso, sabiendo que yo podía crear para mí una vida diferente.
En ese momento comencé a buscar en mi interior y recurrí ,al principio, a la religión. Encontré un pequeño librito que alguien pasó regalando por casa, era un Nuevo Testamento, mientras lo leía vibró en mi que necesitaba hacer ayuno para leerlo y así fue como empezaron mis primeros descubrimientos.
Descubrí que no creía en un Dios enojón, castigador; estaba segura de que la mujer no había salido de una costilla y que los límites que allí leía solo despertaban más mi curiosidad de saber quién era yo y para qué había venido a este mundo. No podía ser solo para estudiar, ser hija, hermana y amiga, así es que sentí que eso no era para mi.
A mis 14 años encontré a una persona que me hablaba de temas diferentes, de crecimiento personal, de ejercitar el cuerpo y de esoterismo. Esa persona me abrió un nuevo panorama para investigar, conocer y vivenciar. Sin embargo, también trajo experiencias muy dolorosas a mi vida, las cuales se transformaron en un trampolín para trabajar con y para las mujeres.
Así fue como descubrí la vida espiritual, muy distinta de lo religioso, de lo esotérico, de lo mental, una vida con la que nacemos, que nos acompaña durante toda la existencia y que generalmente olvidamos por entretenernos en lo mundano, con lo cotidiano, con las prisas, con el hacer, con el tener. Y no digo que eso esté mal, todas necesitamos vivir determinadas experiencias, que en algún otro momento, nos conducirán a nosotras mismas.
Me formé como instructora de Yoga, Meditación y Desarrollo Humano mientras trabajaba como Administradora. Fue allí, entre asanas, respiraciones y profundización donde volví a mi, donde me reencontré con la mujer salvaje, aquella que se durmió mientras formaba un hogar, trabajaba y sostenía la energía de la productividad y el deber ser. Ella seguía ahí: fiel y amorosa esperando por mi.
Este encuentro y nuevo autodescubrimiento me trajo a México, vine, sin conocer a nadie a realizar un Servicio Social a través del Yoga y el Desarrollo Humano. Les pregunté primero a mis hijos su sentir y ellos me dieron su bendición, me despedí de un trabajo de 13 años, vendí mi casa y con dos maletas salté a lo desconocido.
Hoy me dedico a acompañar a mujeres que transitan procesos de vida, que cruzan portales de autoconocimiento, de reencuentro con ellas mismas, etapas en las que nuestras hormonas viven cambios que nos modifican física, mental y emocionalmente. Camino con mujeres que necesitan escucha, mirada, amorcito, sostén para vivir sus propias transformaciones.
Soy Guardiana de la vida, de lo natural, de la Tierra y de la Sabiduría ancestral que habita en todas las mujeres y por eso me siento feliz y honrada de ser parte de esta comunidad de mujeres para mujeres.