Muchas mujeres están condicionadas a ser perfectas. Queremos marcas perfectas. Queremos un expediente perfecto. Queremos la nota, la evaluación y la valoración perfectas. Creemos que ser perfectas y hacer las cosas perfectamente es deseable y posible.
¿Qué pasaría si no nos juzgáramos a nosotras mismas? ¿Si aceptáramos la vida tal y como fluye, y confiáramos en el proceso? ¿Seríamos más felices? ¿Más sanas? ¿Más vivas?
Cuando tenía 35 años más o menos, una amiga me expuso una idea. Había notado que poco después de cumplir 40 años los hombres habían dejado de mirarla y que la gente en general ya no le prestaba mucha atención. En aquel momento, pensé que era una generalización salvaje y que no me pasaría o que no me llegaría a pasar.
Many of us are feeling untethered. Our ground has shifted and we cannot perceive the horizon. At least, we cannot perceive the horizon as we once knew it. Covid and the fallout of it is affecting us all very deeply.