Nuestras emociones se reflejan en nuestra cara, si estamos tristes, contentos, preocupados… pero también en nuestro cuerpo, nos contraemos, nos duele el estómago, incluso podemos llegar a manifestarlo de forma más drástica con caída de pelo, aumento o pérdida de peso…
Últimamente me he sentido abrumada, desbordada por mis sentimientos, mis emociones. Una serie de eventos personales y profesionales han convulsionado mi equilibrio emocional.
Se supone que con la edad adquieres experiencia, para manejar esas situaciones, sin embargo en esta etapa de mi vida, en lugar de controlarlo mejor, me he sentido como en una montaña rusa.
Como profesora de Yoga , devota practicante y sobre todo como mujer en esta nueva etapa de mi vida “GRACE of NO AGE “, vengo experimentando últimamente la necesidad de cambiar ciertas rutinas y entre otras, mi práctica de Yoga. El cuerpo y la mente me piden enfocarme en algo menos físico, pero al mismo tiempo que me dé mayor control y conocimiento y me permita cuidar de mi misma de forma más adaptada a los cambios que voy experimentando.
A pesar de que desde muy joven he experimentado una curiosidad por la meditación, hoy en día se ha convertido en una necesidad a practicar a diario. Aun así, reconozco que no siempre me resulta tan fácil ser constante en esta disciplina. Por eso si tú también tienes esa necesidad o curiosidad, te animo a compartir este viaje conmigo.
La Meditación permite que nuestro cerebro descanse
La Meditación es una práctica milenaria cuyo objetivo es lograr un estado de paz, claridad y equilibrio mental, utilizando diferentes técnicas para potenciar la concentración. Además está demostrado científicamente que ayuda a cambiar la estructura del cerebro y a optimizar su funcionamiento retrasando su deterioro.
Cuando estamos cansados, el cuerpo físicamente necesita dormir para poder restablecerse, sin embargo la mente que es como un mono que va de un sitio para otro sin parar, mientras dormimos sigue activa. Es por eso que soñamos, nos movemos, y solo podemos experimentar ese descanso cuando la forzamos conscientemente a parar. Para ello la mejor herramienta es la de Meditar
Para meditar no hay que tener expectativas
Una de las preguntas que en general nos hacemos al empezar a practicar la meditación, es qué podemos esperar. La respuesta es sencilla, “no hay que esperar nada “. La idea es sentarse y convertirse en un observador, el observador de tu propia vida. Observar qué pasa físicamente en tu cuerpo y sobre todo observar qué pasa en nuestra mente. El objetivo es observar sin juzgar, sin participar, porque los pensamientos, las ideas igual que vienen, pasan y se van, cuando no tratamos de retenerlas o manipularlas.
Las emociones o sentimientos que experimentamos pueden ser positivos o negativos: felicidad, tristeza, rabia, excitación, frustración, enfado, envidia, aceptación, etc.. La realidad es que todo ésto no es ni bueno ni malo sentirlo, es simplemente la respuesta a unas vivencias que nos afectan. Lo que es bueno o malo es la manera de gestionar esas reacciones, por eso es tan importante observar lo que nos pasa y aceptarlo, y utilizar ese conocimiento que obtenemos, para motivarnos, cambiar o en general seguir adelante.
En la meditación se busca fundamentalmente anclarnos en el momento presente, en el aquí y el ahora, que es la única realidad que existe. Cuando nos quedamos demasiado en el pasado nos invade la tristeza y cuando estamos demasiado obsesionados con el futuro, nos inunda la ansiedad. Por supuesto es bueno un poco de ambos para poder aprender de nuestras propias experiencias y para poder avanzar en la vida.
La meditación como práctica la deberíamos incorporar dentro de nuestra rutina diaria, al igual que lavamos nuestros dientes, nos duchamos o comemos. Crear una buena higiene mental también nos ayuda a mantener un cuerpo más saludable
5 minutos de Meditación al día puede ser suficiente
Y aquí llega lo complicado: encontrar el tiempo para sentarnos a observarnos, a lidiar con nosotros mismos. Pero, ¿quién no puede parar 5 minutos en cualquier momento del día?
Como todo en la vida cualquier práctica debe iniciarse poco a poco para poder avanzar de forma consistente.
Aquí te voy a dejar una pequeña guia para iniciarte en la meditación:
Meditar cinco minutos puede ser suficiente
Es importante no marcarse metas de tiempo demasiado ambiciosas: podemos empezar a practicar 5 minutos y a medida que nos encontremos cómodos, ir aumentando el tiempo en que te sientas a meditar. Al principio es muy útil, usar un reloj para ir controlando el tiempo, y no estar preocupado en cuánto falta o cuánto llevamos meditando.
Se puede meditar a cualquier hora del día o de la noche
No es necesario meditar al amanecer o al atardecer; cualquier momento del día puede ser bueno. Sin embargo puede resultar más fácil en la mañana cuando todavía no nos hemos puesto en marcha con nuestra vida. Por eso es aconsejable antes de sentarse a meditar no mirar el teléfono, las noticias, para tener la mente menos contaminada.
En la noche, para algunas personas puede resultar un momento más tranquilo, pero también se corre el riesgo de estar demasiado cansados y caer dormido.
Para iniciarse es más facil meditar en un lugar tranquilo
-Busca un lugar donde no sufras interrupciones, donde puedas estar lo más tranquilo posible, y sobre todo al principio, porque la mente siempre busca cualquier excusa para distraerse. Con el tiempo y la práctica, debemos llegar a ser capaces de meditar y aislarnos en medio de cualquier circunstancia.
Siéntate sin expectativas a meditar.
No esperes nada.
Puedes meditar sentado, acostado, en una silla, …
Empieza por ajustar tu postura. No es necesario estar sentado y con la espalda recta, pero sí recomendable. Debemos buscar una situación de relajación consciente, en alerta, en la que es importante adoptar una postura que nos ayude a estar despiertos pero al mismo tiempo lo suficientemente cómodos para aguantar sin movernos.
No hace falta cerrar los ojos para meditar
Cierra los ojos, si te sientes cómodo o deja la vista fija en un punto.
Fijarnos en nuestra respiración puede facilitar la meditación
Empieza a observar tu rpiración. Es la manera más rápida de anclarse en el momento presente. Observa cada inhalación y cada exhalación y observa el movimiento que ocasiona en tu cuerpo: cómo al tomar el aire, se va creando espacio en tus hombros, pecho y abdomen y cómo al dejar salir el aire los músculos se relajan. Practica durante 10 largas y conscientes respiraciones
Utiliza la meditación para relajar tu cuerpo
Ahora lleva la atención de tu mente a tu cuerpo físico. Observa, escanea empezando por los pies y hasta la cabeza, cómo estás ubicado en el espacio, el contacto con el suelo, con la silla, con la superficie donde estés. Observa si tienes algún punto en tu cuerpo que está especialmente tenso y dedica unas cuantas respiraciones para soltar esa tensión poco a poco.
Medita para observar tus emociones desde fuera
Ahora lleva la atención hacia tu interior, a tu mente, tus emociones. Observa cómo te encuentras, qué es lo que pasa, pero tan solo obsérvalo, sin opinar, sin juzgar .Como si estuvieras contemplando una carretera llena de vehículos que van en todas las direcciones y que simbolizan tus pensamientos. Tú no formas parte de ese tráfico, solo lo miras desde la cuneta.
Si en cualquier momento, te invade algún pensamiento o emoción, y te quedas parado ahí, regresa a observar la respiración, e incluso visualiza un ascensor que sube y baja al ritmo de tu inhalación y de tu exhalación.
Si durante el proceso necesitas reajustar la postura, hazlo. Aunque lo ideal es tratar de no moverse, es mejor hacerlo que distraerse pensando que estás incómodo.
Usar un mantra puede ayudarnos a centrarnos en la meditación
Ahora empieza a repetir al respirar: Inhalo PAZ , exhalo AMOR….. Inhalo PAZ…. Exhalo AMOR, inhalo PAZ…. Exhalo AMOR ( prolonga este momento todo lo que te sea posible)
Regresa a observar las sensaciones que te han producido repetir estas palabras (mantras). Observa si en tu interior se ha instalado un sentimiento de paz y bienestar.
Salir de la meditación poco a poco
Lleva la atención de nuevo a tu cuerpo , empezando por los pies, y subiendo hasta la cabeza para ir activando conscientemente cada parte. Observa si físicamente tu cuerpo se encuentra más relajado y si la tensión que podrías haber acumulado al principio se ha disipado.
La meditación para anclarnos en el momento presente y dejar ir eso que ya no nos sirve
Empieza a moverte poco a poco con suaves movimientos de cabeza, manos, piernas…. Y cuando estés listo abre los ojos progresivamente y observa el lugar donde estás. Retén en tu mente 3 objetos que veas, 2 sonidos que escuches y 1 olor que percibas. Este ejercicio te ayudará a anclarte en el momento presente.
Y antes de acabar, coloca mentalmente en una caja 3 cosas que ya no te sirven (pensamientos, emociones…) ciérrala y guárdala.
¡¡Ahora ya estás lista para continuar con tu día!!!
Recuerda que la meditación responde a una intención totalmente personal y requiere tiempo para acostumbrarse. No importa la técnica que emplees, siempre que alcances el objetivo de controlar lo que pasa en tu yo interno, y con ello poder dar ese descanso necesario a tu mente.
“Yoga para la salud Mental y Física”
Amparo Hernandez.
Bienestar Mental. Meditación. Salud Corporal. Yoga para la Salud de la Mujer.
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