¿Alguna vez has tenido problemas para concentrarte, hacer varias tareas al mismo tiempo o encontrar una palabra? Nos sucede a todos.
La neblina mental puede ser muy preocupante para las mujeres de mediana edad. Nuestro cerebro controla nuestras funciones corporales y comportamiento, así como la forma en que pensamos y sentimos. Cuando llegamos a la menopausia, puede parecer como si nuestro cerebro tuviera voluntad propia. Podemos volvemos más irritables de lo normal, tener sofocos que interfieren con el sueño y el pensamiento claro durante el día, o extraviar objetos.
Los cambios hormonales son los principales responsables de los lapsos de memoria, el mal humor y la fatiga. Los niveles decrecientes de estrógeno y el envejecimiento aumentan las posibilidades de desarrollar condiciones que afectan al cerebro tanto como al corazón. El riesgo de sufrir un derrame cerebral se duplica en la década posterior a la menopausia.
El hipocampo, la parte del cerebro que almacena la mayoría de los recuerdos, es particularmente vulnerable a los cambios hormonales. La investigación ha demostrado que las mujeres perimenopáusicas y menopáusicas son menos eficientes en el procesamiento de la glucosa en el cerebro, lo cual puede dificultar la agudeza mental y los niveles de energía, ya que el cerebro requiere un suministro constante de glucosa para funcionar en su máximo rendimiento.
Los hábitos saludables ayudan tanto con los efectos de la pérdida de estrógeno como con el proceso de envejecimiento. Hay formas de ayudar a que tu cerebro se mantenga despierto, te sientas enérgica y lo protejas. (1)
Es importante mantener una dieta equilibrada, combinada con vitaminas y minerales Consulta mi artículo Cómo la Menopausia cambia las necesidades de Vitaminas y Minerales para saber más.
Además, puedes ayudar a mejorar la neblina mental haciendo lo siguiente:
Seguir una dieta equilibrada
Los estudios han relacionado los patrones alimentarios con una menor disminución cognitiva, como consumir menos carnes rojas y altamente procesadas, azúcares añadidos, granos refinados, y más frutos secos, legumbres, mariscos, frutas y verduras frescas, cereales integrales, pescado, frijoles, y aceite de oliva. La dieta mediterránea, rica en ácidos grasos omega-3, es un buen ejemplo.
Mantener un peso saludable
La grasa corporal produce hormonas e intensifica la inflamación, lo cual contribuye a la presión arterial alta, niveles elevados de colesterol y diabetes, todos los cuales afectan al cerebro. Es importante tratar de mantener un peso equilibrado.
Dormir suficiente y con calidad
El sueño es importante para la salud del cerebro. Cuando estás cansada, se vuelve más difícil concentrarte y procesar información. El buen sueño y el descanso son necesarios para eliminar las toxinas del cuerpo. Antes de acostarte, evita comer comidas abundantes y alimentos ácidos que puedan causar indigestión y sofocos.También evita el consumo de alcohol, café y nicotina, ya que contienen estimulantes que interrumpen el sueño. Si tienes dificultades para dormir, habla con tu médico local.
Mantente hidratada
Mantenerse hidratada es vital para que el cerebro funcione correctamente. Cuando estás deshidratada, tu cerebro se encoge en volumen (hasta un 75%), lo que causa dolores de cabeza y afecta tu estado de ánimo. Usa una botella de agua que muestre la cantidad de agua en el costado para mantener un seguimiento. Agrega limón o hierbas para dar sabor. Evita las bebidas azucaradas que son altas en sodio.
Evita el estrés
El estrés es inevitable pero innecesario. Cuando nos sentimos estresadas, nuestro cerebro moviliza al resto de nuestro cuerpo para tomar acción, desencadenando la liberación de dos hormonas, adrenalina y cortisol, para prepararnos en caso que debamos “luchar o huir”. El estrés prolongado puede promover el aumento de peso y afectar los sistemas digestivo, cardiovascular y de salud mental. Todos somos diferentes en cómo interpretamos el estrés según cómo estén conectados nuestros cerebros y nuestras experiencias pasadas. Descubre qué te provoca estrés a ti y cómo reaccionar mejor ante ello. Técnicas de relajación como la meditación pueden ayudar. Dedica tiempo para ti misma, aunque sean 15 o 30 minutos al día. (2)
Haz ejercicio regularmente
La belleza de la actividad física es que comienza a mejorar tu vida de inmediato, y si la continúas, ayuda a mejorar tu salud mental y física. El ejercicio regular mejora el estado de ánimo, el sueño, los sofocos y muchos otros aspectos de tu salud durante la transición a la menopausia. Reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, disminuye la presión arterial, mejora los niveles de colesterol y te ayuda a lograr un mejor sueño, haciéndote sentir mejor y más descansada. Si ya estás tomando las medidas necesarias para mantenerte saludable pero aún te sientes mal, consulta a tu médico o profesional de la salud para verificar si hay deficiencias e infecciones que puedan estar causando la neblina mental. La perimenopausia y la menopausia son probablemente las causas principales de la confusión mental, por lo que es mejor discutir tu historial médico en detalle con tu médico.
Para obtener más información, visita:
2 – The Effects of Stress on Your Body (healthline.com)
Emma Bitz.
Salud Corporal. Alimentación y Nutrición. Estilo de Vida. Bienestar Mental.
Photo de David Garrison en Pexels
Si te ha gustado este artículo y quieres ayudarnos aapoyar este bonito proyecto para que podamos seguir creando contenidos increíbles, ayúdanos donando tan poco como el coste de un café o tanto como quieras
y también