Las flores son mágicas. Un regalo de la madre naturaleza. Muchas de colores vibrantes, otras de tonos suaves y, todas con sus propios olores aromáticos. Todos los seres somos, como las flores, con un ciclo compartido de crecimiento y floración.
La Orquídea
“Las flores de una orquídea phalaenopsis suelen florecer durante varios meses y la planta puede volver a polinizarse durante este período. Una orquídea puede tardar entre 9 y 14 meses en completar un ciclo de vida.. Si no muere, por lo general puede volver a florecer una vez cada 8 a 12 meses” (www.justaddiceorchids.com).
Escribo esta pieza reconociendo a la orquídea como un símbolo de nuestra existencia en nuestra vida presente mientras vivimos en la Madre Tierra. Creo que las orquídeas representan momentos en los que nos sentamos con nosotras mismas, procesamos, crecemos y comprendemos la expresión de nuestras flores. Junto a nuestros viajes personales que se entrelazan con otras orquídeas.
Intención
Hace dos años, encontré en mi trabajo dos orquídeas que no florecían. Las habían apartado y olvidado. No tenían flores y las raíces estaban muy secas. En aquel momento pensé, muchas personas aquí en California regalan orquídeas cuando las flores están vivas y brillantes. Sí, yo también soy una de ellas. Luego me pregunté: “¿Qué hace la mayoría de la gente con las orquídeas después de que ya hayan florecido? ¿La mayoría de la gente cuida la planta y sus reíces para que florezcan de nuevo? Decidí que iba a nutrir estas dos orquídeas y hacer que florecieran de nuevo. Con atención e intención, las alimenté y alenté.
Nuestro crecimiento desde niñas hasta la pubertad y luego hasta la edad adulta me hace preguntarme: “¿cuántas veces florecemos en estos años? ¿Cuántos brotes de flores se revelaron en cada nacimiento floreciente? ¿Qué representaban nuestras flores? Nuestras floraciones son de nuestras experiencias y de las lecciones en nuestras vidas. La experiencia del dolor, la alegría, el dolor, la educación, el éxito, el aprecio, el perdón, el fracaso, la comprensión, la aceptación y el amor. Fluimos, nos marchitamos, florecemos, nos secamos y en épocas húmedas volvemos a florecer. A veces, más lento, y otras veces más rápido. Nuestros propios ciclos florecientes pero ciclos compartidos con otros seres.
Apreciación
Durante este tiempo de Covid, nuestro ciclo de crecimiento ha seguido continuando. Tuvimos que tener una inhalación y exhalación consciente detrás de nuestra máscara. Vigilar donde ponemos los dedos y las manos. Manteniendo la distancia de metro y medio entre la gente. Lo más importante, mantener el contacto con nuestros amigos y seres queridos virtualmente y por teléfono.
“La vida es muy difícil, ¿cómo no podemos ser amables?” Buddha. Me gusta esta cita.
Sé amable con tu misma.
Acepta tu intención y mantén una actitud amable para continuar tu viaje.
Sé amable con los otros.
Cuando floreces, aprecias y reconoces tu éxito floreciente.
Alison White.
Bienestar Mental. Espiritual. Empoderamiento de la Mujer.
Si te ha gustado este artículo y quieres ayudarnos aapoyar este bonito proyecto para que podamos seguir creando contenidos increíbles, ayúdanos donando tan poco como el coste de un café o tanto como quieras.
y también