¡Dormir! Uno de los placeres de la vida. Un sueño reparador es esencial para poder funcionar bien durante el día. Todos sabemos las consecuencias de una mala noche y tratar de arrastrarnos durante el día para poder cumplir con nuestros quehaceres. Esto es algo que debemos evitar.
Durante la perimenopausia, nuestros ovarios producen menos estrógeno y progesterona. Esto causa una serie de síntomas que se manifiestan de distintas maneras en cada mujer. Uno de estos síntomas es el insomnio.
El pasar la noche en vela es algo lamentablemente común entre muchas personas. Siendo el estrés, las malas decisiones alimenticias y en general, un estilo de vida desordenado factores que agravan el insomnio.
El insomnio se manifiesta de dos formas: o bien te cuesta dormirte enseguida o te despiertas al cabo de unas horas y tienes mucha dificultad para volver a conciliar el sueño.
Esto ha sido para mí, hasta el momento, uno de los síntomas más fastidiosos de esta etapa ya que dormir bien, y mínimo unas 8 horas cada noche, ha sido una prioridad de toda la vida.
¿Qué podemos hacer para asegurar un buen sueño?
A continuación te comparto unos consejos que han sido de mucha ayuda para mi:
Procura cenar al menos unas 3 horas antes de irte a la cama. El tener un estómago ligero ayuda a evitar problemas como acidez estomacal que interrumpen tu sueño. Si han pasado más de 3 horas y tienes un poco de hambre antes de dormir, recomiendo tomarte una leche de avena tibia con un poco de canela y miel.
Apaga los aparatos electrónicos al menos unas 2 horas antes de irte a la cama. La luz blanca/azul de los aparatos engaña a tu organismo haciéndole pensar que es aún de día interfiriendo así con la función de la glándula pineal de producir melatonina para inducir el sueño.
Crea una rutina agradable para ti cada noche. Comienza por poner una vela, o bajar la intensidad de la luz de tu habitación. Recurre a aromaterapia y meditación o tiempo de oración. Di “NO” enfáticamente a series de televisión y noticias que solamente te alteran de más. Una de las cosas que a mí me encanta hacer cada noche, es regalarme un rico masaje facial con aromas relajantes.
¡Una copa de vino tinto podría relajarte! Pero más de una puede poner a tu hígado a trabajar extra mientras duermes y esto te ocasiona calores nocturnos los cuales te pueden despertar y empeorar el insomnio.
Deja tu lista de pendientes en tu escritorio y olvídate de ella. Al poner tu cabeza en tu almohada, piensa en cosas agradables antes de dormir y dedica unos minutos a la práctica de gratitud en vez de estresarte por los pendientes del día siguiente. Según el psicólogo Dr. Wayne Dyer esos 5 minutos antes de quedarte dormida marcan la pauta para un sueño profundo y reparador y le comunican a tu subconsciente como te sientes. ¡Aprovechalos!
Si te despiertas de madrugada con frecuencia, mantén en tu mesa de noche un rico aceite de lavanda el cual te relaja en pocos minutos y te ayuda a conciliar el sueño nuevamente. Mientras inhalas el aceite, enfócate en el momento presente, en el “aquí y el ahora” y nada más: estás en tu cómoda cama, con tu cabeza ligeramente descansando en tu suave almohada. Inhala y exhala profundamente hasta lograr relajarte. No hay nada más placentero e importante en ese momento que regalarte unas horas de descanso profundo.
¿Y si nada de eso funciona?
Si has intentado todo esto y aun así no puedes dormir bien, procura visitar a un especialista que te ayude a resolverlo ya sea con un suplemento de melatonina o según tu caso, una dosis adecuada de terapia de reemplazo hormonal.
Dale prioridad a tu sueño, organiza tu ritual de descanso no negociable cada noche y verás como poco a poco irás mejorando. ¡Te lo mereces!
Ana Victoria Villar.
Estilo de vida. Meditación. Bienestar mental. Perimenopausia.