En mi artículo anterior tocamos las muchas razones por las que es importante ponerse fuerte y mantenerse fuerte. Sin embargo, mucha gente tiene una noción preconcebida y demasiado simplificada de cómo ponerse fuerte… ¡vas al gimnasio! Pero, ¿cuántas personas conoces que van al gimnasio y nunca hacen ningún cambio o progreso real?
Ir a un gimnasio no garantiza que vayas a ponerte más fuerte. Tienes que hacer el tipo de entrenamiento adecuado para ganar fuerza de forma constante y no lesionarte. Las clases interminables y los entrenamientos que no ofrecen ninguna progresión, o que simplemente te dejan agotada, resultarán ineficaces. Incluso puede ser francamente perjudicial.
El entrenamiento de fuerza con sobrecarga progresiva, por ejemplo, es una forma estupenda de fortalecerse. Dicho esto, el levantamiento de pesas no es la única manera de aumentar la fuerza, y no todo el mundo va a disfrutar del gimnasio de todos modos.
Entonces, ¿cómo puedes empezar a trabajar tu fuerza independientemente de tu edad?
Encuentra un tipo de ejercicio que te guste
Todo el mundo necesita un punto de entrada al ejercicio para ganar fuerza. Es mucho más probable que progreses si realizas una actividad que te guste. Desarrollar la fuerza lleva tiempo, así que prueba una variedad de actividades hasta que encuentres algo que realmente te motiva.
Endurece tu ejercicio con progresiones
La fuerza crece a medida que las cosas se vuelven progresivamente más difíciles. Por ejemplo, si empiezas con yoga para principiantes, o con ejercicios de peso corporal, una vez que te resulte fácil, busca la forma de hacerlo más difícil. Prueba una variante más dura de yoga , añade bandas o resistencia.
Sal de la zona de confort
La fuerza no se obtiene con ejercicios cómodos. Un ejercicio para principiantes puede servir como puerta de entrada a una forma más formalizada de entrenamiento a medida que se empiezan a ver los beneficios potenciales de los ejercicios. Por lo tanto, una vez que hayas establecido una rutina regular, sal de tu zona de confort. Trabaja durante más tiempo o a mayor intensidad. Añade un poco más de resistencia.
A medida que avances con una actividad, prueba variaciones
Nuestro cuerpo es un motor de adaptación. De hecho, esta es la razón por la que queremos que el ejercicio sea progresivamente más duro. A medida que nuestro cuerpo se familiariza con ciertos patrones de movimiento, se vuelve demasiado eficiente o nuestra fuerza en ese movimiento alcanza un listón. A veces necesitamos cambiar el estímulo para conseguir una adaptación diferente. Esto puede significar utilizar un patrón de movimiento o un ángulo diferente, o variar la velocidad o el ritmo. O el tipo de resistencia puede cambiar, por ejemplo, si sueles utilizar bandas o máquinas de pesas, prueba con kettlebells, o con una cama reformer, o incluso con agua.
Añade una actividad complementaria para mantener el equilibrio
A medida que aumentan tus niveles de actividad, es aconsejable que te centres en trabajar el interior, a medida que avanzas con los ejercicios. Dedicar un tiempo a una recuperación suave, como caminar, nadar, ejercicios de movilidad o meditación, puede ser reconstituyente y ayuda a reponer la energía para tus formas más vigorosas de ejercicio. Funciona un poco como el yin calmante para el yang agresivo del desarrollo de la fuerza.
En caso de duda, busca un profesional
Uno de los mayores errores que comete la gente es decidir pasar de cero a cien sin la ayuda de un profesional que les mantenga en el camino. Si no estás segura, o te resulta difícil mantener la motivación o progresar más allá de una meta, entonces es el momento de buscar ayuda de alguien que pueda llevarte al siguiente paso. Hay varias formas en las que un profesional adecuado puede ayudarte a seguir fortaleciéndote y a hacerlo de forma segura. Considéralo una inversión en tu salud y tu longevidad.
Sigue adelante
Repito: el desarrollo de la fuerza requiere tiempo. No te fijes un objetivo final, establece hitos y reserva el tiempo necesario para seguir trabajando en tu fuerza como parte de tu autocuidado semanal. Hasta que se convierta en algo tan habitual como lavarte los dientes. Si no trabajamos activamente para aumentar la fuerza, inevitablemente perdemos músculo, perdemos colágeno, todas esas cosas que ayudan a que nuestras articulaciones y tejido conectivo se mantengan sanos. Como mujeres, a menudo somos culpables de reservar tiempo para otras personas y no para nosotras mismas.
Este tiempo es importante porque tu eres importante. Ser fuerte te ayudará a ser tú y a hacerlo durante mucho más tiempo. Recuerda, tu salud es tu responsabilidad.
Katie Masters.
Mujeres maduras. Salud corporal. Estilo de vida. Bienestar mental. Empoderamiento de la mujer.