«Mi interés por la Danza Histórica y la Música Antigua me llevó a realizar una intensa investigación sobre la vida en los siglos pasados, especialmente las épocas del Renacimiento y el Barroco de los siglos XVII y XVIII. A fin de hacerme una idea acerca de mi escenografía exploré profundamente en la moda de aquella época.»
Hoy en día nos cuesta imaginar tiendas de ropa sin un montón de tallas de cada prenda. Antes, cada pieza del vestuario se cosía a mano, y se hacía a medida. Se elegía una tela, un color, un patrón, y el sastre hacía un vestido único que se ajustaba al cuerpo perfectamente.
Llevar un vestido hecho a medida da una sensación diferente, de placer y autenticidad. Antiguamente el atuendo tembién se identificaba con el lugar que se ocupaba en la sociedad. Por ejemplo, estaba prohibido que las doncellas llevaran alforjas, los aros anchos que eran tan populares en la corte francesa de Versalles.
Oscar Wilde dijo: El único hombre que conozco que se comporta con sensatez es mi sastre. Él me toma las medidas cada vez que me ve. Los demás siguen con sus viejas medidas y esperan que yo me adapte a ellas.
¿Qué te pondrías si pudieras elegir con libertad? ¿Tu ropa expresa tu personalidad? ¿Te sientes cómoda cuando te vistes? ¿La ropa que vistes es funcional? ¿Te protege del viento, del frío o del sol? ¿Puedes moverte bien con tu ropa? ¿Son de tus colores y materiales favoritos? Si no es así, ¿quieres cambiarla?
¿Qué pasaría si no nos comparáramos con los demás? ¿Si aceptáramos nuestro aspecto, nuestro cuerpo, nuestra voz, tal y como son? ¿Por qué hay un estándar que creemos que vale la pena seguir? ¿Es el miedo lo que nos impide expresar nuestro verdadero yo? ¿O es sólo un gusto estandarizado, alimentado por las revistas, la moda y la sociedad, que podríamos cuestionar más?
Todos somos individuos. Nuestros cuerpos son diferentes, nuestros pensamientos, deseos y sueños son diferentes. Esa es la razón de la enorme variedad de marcas, deportes, libros, géneros musicales, estilos de baile, películas, comidas y bebidas. La vida es muy colorida, muy brillante y amplia, ¿cómo lo podemos hacer para aceptar que nuestros cuerpos son diferentes y para encontrar la belleza en nuestra singularidad?
¿Cómo sería la vida si todos disfrutáramos de nuestra singularidad y apoyáramos y respetáramos a otros seres en su singularidad? ¿Habría más amor, especialmente más amor propio? Espero que todas aceptemos la autoexpresión de los demás. La pandemia nos muestra lo valioso que es el contacto humano. Centrémonos en el amor y la comprensión.
Cécile Blumenbär.
Belleza. Estilo de vida. Empoderamiento de la mujer.