Hace unos días asistí a un congreso sobre los nietos de la guerra en Alemania. Este término se utiliza para los hijos de los niños de la guerra, aproximadamente la generación nacida entre 1960 y 1975. Sus padres fueron niños durante la Segunda Guerra Mundial. Los nietos de guerra en Alemania crecieron en su mayoría en un entorno estable y relativamente rico. No les faltó comida, una cama caliente, atención sanitaria o educación. Pero sí les faltó el vínculo emocional.
Vínculo emocional
Sus necesidades emocionales no pudieron ser satisfechas por sus padres, fuertemente traumatizados. Aunque desde fuera la infancia de los nietos de guerra parecía normal, por dentro podían sentir culpa, vergüenza, miedo, desesperación e indignidad. Estos sentimientos no eran propios sino heredados de una o varias generaciones anteriores.
Solteras y sin hijos
En la generación de los nietos de guerra hay una cantidad poco habitual de personas solteras y sin hijos. En los últimos años, ha habido un poco más de conciencia e investigación sobre las raíces con las que conviven los nietos de guerra a nivel de emergencia interior. Pueden tener éxito en la vida, pero sin disfrutar mucho de ella, sintiéndose bloqueadas para crear lo que ellas mismas realmente anhelan. A veces puede haber miedo al contacto físico, y miedo a los hombres.
Prioridades y valores
Algunos de los nietos de la guerra trabajan duro y ganan buen dinero, pero sienten que no han conseguido nada y que no merecen gastar dinero en cosas bonitas para ellos. Otros luchan por ganar más que sus padres.
Para los niños de la guerra, es decir, la generación nacida entre 1930 y 1945, lo más importante era la comida, un abrigo cálido, una ropa adecuada, un lugar limpio y, absolutamente crucial, la seguridad. Querían que sus hijos tuvieran todo lo que podían soñar, y se las arreglaron muy bien.
Pero aunque una niña creciera con suficiente comida, etc., puede que no le bastara par ser feliz. El problema es que la madre puede querer cosas muy diferentes a las de la hija, y la madre puede no percibir ni entender las necesidades de la hija, dejándola decepcionada, con la confianza dañada y sin apoyo emocional.
Bisabuelos de guerra
Si los nietos de guerra no son conscientes de la constelación sistémica, sus hijos, los llamados bisnietos de guerra, siguen teniendo problemas que no son suyos. Puede que hayan recibido todo el vínculo y el amor, pero, de nuevo, sus necesidades específicas no son satisfechas.
Si te encuentras con dificultades, hay una solución
En general, podemos encontrarnos con dificultades aquí y allá, por diferentes razones.
Sin embargo, como mujeres, y a medida que nos acercamos a la edad en que la menopausia puede suponer un reto para nuestro cuerpo y nuestra mente, es más probable que nos sintamos abrumadas por los sentimientos y las emociones sin entender de dónde vienen.
La tristeza, el miedo, la prisa, la ansiedad, el estrés por ganar dinero, el trabajo, o incluso el sentimiento de culpa cuando se tiene éxito, o las dificultades para sentar la cabeza. Todo esto puede agravarse cuando ya estamos luchando con nuestro cuerpo y nuestra mente, aprendiendo a sobrellevar los síntomas de la peri-menopausia o post-menopausia. En esos casos, al igual que con los nietos de la guerra, es bueno preguntarse: «¿Son estos mis sentimientos o son de otra persona?».
No necesitamos fingir
Ya no tenemos que fingir que estamos bien. Podemos pedir ayuda y resolver los problemas causados por la larga sombra de la guerra.
No tiene por qué ser doloroso ni llevar mucho tiempo. Hoy en día hay muchas modalidades de curación estupendas. Te sentirás aliviada, alegre y más auténtica, e incluso servirá para el bienestar de tu familia y tus antepasados. Creemos todas un entorno seguro y saludable en el que todas podamos brillar.
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Un libro sobre los nietos de la guerra, disponible en inglés y alemán: https://www.sabine-bode-koeln.de/war-children/war-grandchildren/
Cécile Blumenbär.
Bienestar mental. Estilo de vida. La menopausia.
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