A veces nos dejamos de lado, el trabajo, la pareja, los hijos, nuestros padres, ocupan todo nuestro tiempo y un día nos damos cuenta que nos olvidamos por completo de nosotras mismas.
Hay una frase que escuché hace muchísimo tiempo y que ha sido sumamente valiosa para mi. Esta frase vuelve una y otra vez a mi mente cada vez que me despisto: “lo urgente muchas veces roba el lugar a lo importante”. Esto es lo que habitualmente ocurre en nuestra vida. Nos ocupamos tanto de aquello que sentimos que es urgente, que ya no nos queda espacio para lo importante.
¡Y nada es mas importante que tu!
A continuación, tienes unos sencillos trucos que te permitirán parar y volver a ti cada vez que lo necesites.
Respira
No parece muy difícil, ¿no? Y sin embargo ¿cuantas veces en el día eres consciente de que estas respirando?
Cuando te sientas sobrepasada por alguna situación Para y Respira conscientemente. Lleva tu atención a la respiración, siente como tus pulmones se llenan de aire, siente como tu abdomen se expande. Cuando respiras estás en tu cuerpo. Si lo haces con plena atención, estas en el momento presente… ¡y el presente es un regalo!
Estás en la vida. Estas aquí. El mundo está lleno de posibilidades y tú estas en él, en este preciso instante y eres de vital importancia.
Mírate a los ojos
¿De que color son tus ojos? ¿Podrías definir sus matices sin observarlos en un espejo?
Tus ojos te permiten ver el mundo, las luces y las sombras, las formas, los colores. Tomate unos minutos para mirarte a los ojos. Obsérvalos en el espejo. Detente en su forma, en su color, en como tu pupila se expande o se contrae con los diferentes cambios de luz. Observa las diferentes tonalidades. Reconócete a través de tu propia mirada. Tus ojos pueden verlo todo, pero no pueden observarse a si mismos. Regálales un instante de contemplación y presencia. Permíteles reconocer la belleza que habita en ellos. Permítete reconocer la belleza que habita en ti.
Háblate y piénsate con amor
A veces somos nuestras mayores criticas. Nos tratamos mal a nosotras mismas, nos hablamos y nos pensamos con crueldad y al final terminamos creyendo que no somos lo suficientemente valiosas.
Tus pensamientos son tu responsabilidad. Puedes aprender a relacionarte con ellos de manera sana. Observa cada uno de los pensamientos que llegan a tu mente y transfórmalos de manera consciente en un mensaje positivo para ti, un mensaje de amor y optimismo.
Reconcíliate con tu cuerpo
Tu cuerpo es tu templo, tu lugar sagrado. Lleva tu atención a tu cuerpo. Obsérvalo sin juicio. Reconcíliate con él, con cada una de sus partes, las que te encantan y las que no te gustan tanto. Todas son necesarias porque cada una de ellas son parte de tu historia de vida. Míralo y trátalo con amor y agradecimiento, porque estás aquí gracias a él.
Pasa tiempo contigo
Regálate tiempo de calidad. Recuerda aquellas cosas que te hacían feliz y que por un motivo u otro has dejado de hacer. Vuelve a ellas e intégralas en tu vida. Medita. La meditación nos conecta con nuestra esencia y nos permite parar y sentir. Sal a caminar por la naturaleza, y disfruta sin prisa del paisaje, de los olores, los colores, las texturas. Prepárate un té y disfruta del proceso. Tómalo en calma, saboreando el momento presente.
Y sobretodo, sonríe
Cuando sonríes, tu cuerpo produce cuatro hormonas, que juntas son capaces de disminuir el estrés, bajar la frecuencia cardiaca, aumentar la productividad y reducir la ansiedad. ¿Increíble no? Todo lo que sucede en ti cuando sonríes.
Mariela Mazza.
Meditación. Bienestar mental. Empoderamiento de la mujer.
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