Denise Payne
Entusiasta implacable
Yin yoga es un ejercicio lento y profundo que se conoce como la práctica tranquila o la práctica fría. Una práctica tranquila porque es una práctica que te da la oportunidad de calmar la mente, y una práctica fría porque es un estilo de yoga que penetra en los tejidos más profundos y fríos. Los sistemas a los que afecta esta práctica son los chakras, los meridianos y las articulaciones y tejidos conectivos.
Lo que he aprendido en mi viaje a través de casi dos décadas enseñando y practicando yin, es que este me ha marcado una diferencia, independientemente de mis razones para hacer yoga.
Es una práctica desafiante porque hay menos distracciones que en una práctica yang, donde normalmente te mueves y sudas. A menos que pongas música a todo volumen o veas Netflix (lo que mantiene tus sentidos externos activados), la practica la realizas en un espacio tranquilo y tienes que quedarte quieta (aprovechando los sentidos internos).
Tanto cuando entro en la esterilla para dedicarme un tiempo a soñar despierta, como cuando quiero adoptar un enfoque más consciente o específico, ya sea un chakra o una articulación, sé que me voy a sentir más centrada y equilibrada cuando termine los ejercicios.
Te dejo aquí mis 3 enfoques para practicar, a continuación te explico en profundidad cada uno de ellos.
Enfoque nº 1: Soñar despierta.
Si, has leído bien. Soñar despierta. Una de las razones más importantes para mí por las que practico yin es para volver a conectar con el arte de soñar despierta. Sé que mi agenda suele estar repleta de trabajo, de citas con la familia y muchas tareas más. También es un reto para mí subirme a la esterilla sin hacer de maestra.
Estar simplemente quieta y dejar que la mente divague es el enfoque más gratificante. Inevitablemente, dará lugar a profundos momentos de curación, tal vez surja una respuesta o una solución a una situación con la que estés lidiando. Un ablandamiento que llega con la respiración de la ensoñación. El flujo y el reflujo de la inhalación y la exhalación son como las olas que llegan a la orilla de tu mano, abriéndose paso en el cuerpo. Quizás tengas la suerte de caer en una dulce siesta.
Con el énfasis en el rendimiento, el desplazamiento y la productividad; el enfoque que da a la mente permiso para vagar será el mejor momento del día, dejándote fresca y lista para retomarlo todo.
Cómo hacerlo: Para el enfoque de soñar despierta, te recomiendo que tengas un plan antes de entrar.
- Crea una secuencia de posturas por las que puedas flotar, y mantenla cerca para poder consultarla fácilmente
- Ten a mano un diario y un bolígrafo para anotar los pensamientos e las ideas que surjan. Ahorrarás tener que recordar las ideas, y así podrás volver a subirte a esa nube flotante del viaje de ensueño.
- Utiliza un temporizador con un tono suave como recordatorio para pasar a la siguiente postura. En este estilo de práctica te recomiendo que vayas aumentando el tiempo de duración de cada postura a medida que avanzas. La primera 2 minutos, y trabaja lentamente hasta llegar a 7 u 8 minutos en la pose final.
Enfoque nº2: Mindfulness.
Tan poderosa como la ensoñación es la práctica de mindfulness en una práctica de yin yoga . El mindfulness es un método terapéutico que incluye el proceso de reconocer y aceptar el cuerpo y las sensaciones a lo largo de la práctica. Se trata de estar completamente presente y comprometida con la experiencia.
Con un enfoque consciente de la práctica, las técnicas más sencillas serán las más eficaces. Una de las técnicas más sencillas que conozco es conectar con el movimiento del cuerpo al respirar. En una práctica yin, la respiración permanece suave y tranquila. Conectar con el movimiento del cuerpo mientras se respira es una forma rápida y eficaz de llevarlo a tiempo.
No hace falta una lista de comprobación de lo que está bien o mal, simplemente observando, no importa la postura en la que te encuentres. Lo sacarás de los recuerdos de como solía sentirte la postura, o de los sueños de cómo deseabas que te sintiera. Estás aquí y ahora.
Cómo hacerlo: Para el enfoque de mindfulness, también recomiendo ir con un plan.
- Crea una secuencia con las posturas en las que te sientas segura y quieras progresar. Mantén la lista cerca para poder consultarla fácilmente
- Sé consciente de la frecuencia con la que la mente hace lo que está diseñada para hacer: divagar. Cada vez que lo notes, sonríe suavemente para ti misma y devuelve la conciencia al movimiento del cuerpo con cada respiración.
- Utiliza un temporizador para poder concentrarte en la postura, sin preguntarte cuánto tiempo tienes que permanecer en ella. En esta práctica te recomiendo que mantengas posturas más cortas, de 2 a 5 minutos cada una.
Enfoque nº3: Algo específico.
Los sistemas que se estimulan en una práctica yin son los chakras, los meridianos (canales de Chi) y el sistema de tejidos conectivos (ligamentos, tendones, fascia y huesos/articulaciones).
Mediante este enfoque específico, primero elije tu sistema. Esto puede ser una gran tarea, pero puede ser ejecutada fácilmente.
Para los chakras, los meridianos y la fascia; las secuencias simples de todo el cuerpo que incluyen pliegues hacia adelante, (pies cerrados y anchos), torsiones y curvas hacia atrás, van a entrar en estos sistemas, sólo necesitas una idea general, las poses harán el resto.
Para las articulaciones, los ligamentos y los tendones; céntrate en algo específico. La columna vertebral (que significará la flexión lateral, hacia adelante y hacia atrás y giros), o las caderas (que puede significar poses de piernas anchas, etc.) Esto te ayudará en la creación de tu lista de poses para enfatizar estas partes.
Cómo hacerlo: Para el enfoque del sistema específico, sin duda tienes que ir con un plan.
- Crea una secuencia basada en el sistema con el que te gustaría conectar. Las posturas simples y sencillas te ayudarán a mantenerte en el camino. Guárdala cerca para poder consultarla, así como cualquier otra ayuda que te permita mantenerte conectada con el sistema. Tal vez imágenes de los chakras, o el propósito de los meridianos, o escribe algunas frases que te motiven a lograr el resultado que deseas.
- Respira en las zonas en las que te concentras. Una respiración tranquila y dirigida.
- Utiliza un temporizador. En este enfoque me gusta mantenerlo simple. 5 minutos por postura.
Independientemente del motivo por el que practiques yin, el cuerpo, la mente y el alma recibirán los beneficios de este tiempo que te has dedicado. La sensación de equilibrio y amplitud será la recompensa.
Para obtener información más detallada sobre estos sistemas y la práctica del yin yoga, consulta mi libro recién publicado titulado ‘The Essential Guide to Yin Yoga‘. Ya está disponible en mi web (en el enlace anterior)
Denise Payne.
Meditación. Bienestar mental. Empoderamiento de la mujer. Yoga para la Salud de la mujer.